21 DÍAS SIN CRITICAR
¿CREES QUE PUEDES HACERLO?
21 Días sin quejarse, sin criticar, sin hacer comentarios
negativos ¿Crees que es fácil cumplirlo? Eso pensaba yo.
Se me ocurrió probar mi fuerza de voluntad con este ejercicio de
la PNL y aquí estoy, sigo intentándolo. Empecé el día de la coronación del
nuevo rey. Me levanté muy entusiasmada y hasta media mañana lo llevaba bien,
pero bajé a desayunar y en la televisión estaban retransmitiendo la coronación.
Mi primer día fallido, vuelta a empezar. Todos los días me lo propongo y hoy
día 30 de Junio es, otra vez, mi primer día. Son las 13:13 y voy siendo fiel a
mi palabra. Veremos a ver cómo acaba el día.
Algunos me dicen que es una tontería y que no se puede vivir sin
criticar. Estamos tan acostumbrados que ni cuenta nos damos de la cantidad de
horas que dedicamos a la crítica. Para mí es un ejercicio de fuerza de voluntad
¿Qué me ha llevado a intentarlo? Hace años leí un libro escrito por Will Bowen,
que era un cura americano y se titulaba ¡Un mundo sin quejas! Este cura proponía este ejercicio en el libro y lo acompañaba de
una pulsera. Había que cambiársela de mano cada vez que se hacía una crítica y
tenías que aguantar 21 días seguidos sin cambiarla. A mí se me perdió antes de
conseguirlo. Me aburrí. Tengo que decir en mi favor, que este cura tardo 6
meses en conseguirlo y era cura.
Me parecía un ejercicio realmente aburrido y lo metí en el saco
de las cosas pendientes. Cuando empecé a hacer el máster de Coaching e
Inteligencia Emocional, volvió a aparecer la PNL y nos vimos obligados a hacer
un ejercicio que consistía en repetir 100 veces durante 21
días una sentencia que habíamos escrito. Ese es
el tiempo mínimo necesario para crear un hábito.
Como la sentencia era respecto a lo que queríamos mejorar en
nuestras vidas y aquello que queríamos conseguir, bien, pues pude realizarlo no
sin esfuerzo, claro, pero lo conseguí. El primer día había que decir la frase
100 veces sobre la hierba del campo o la arena de la playa, descalzos. Yo tuve
la mala suerte de que ese día llovía y no podía esperar al día siguiente,
quería empezar ya. Así que saqué un banco de la casa de Trandeiras y me senté
en la entrada con los pies descalzos sobre la hierba húmeda. Tardé una hora en
completarla, porque era bien larga, ya que nadie me había avisado de lo que iba
a hacer con ella.
El resto de días aprovechaba el trayecto en coche hasta el
trabajo. En cuanto me despertaba empezaba con la frase. A veces no me daba
tiempo y aprovechaba la tranquilidad del túnel donde trabajo para repetirla,
así nadie me escuchaba, ya que había que decirlas en voz alta.
Pasados los 21 días empecé a notar que me sentía más segura
conmigo misma y más capaz de llevar a cabo mis proyectos. Así que de vez en
cuando repito 100 veces la frase que ya me sé de memoria y que ahora solo me
lleva 20 minutos decirla.
Entre tanto volví a la médica reumatóloga y me comentó que mi
estado físico había empeorado. Ahora la artritis reumatoide se estaba volviendo
artrosis. Dice que ya tengo pequeños bocaditos en los huesos. Eso es lo que ella
dice. Así que me ha mandado un combinado de pastillas que dice que pararán la
enfermedad. Siempre me he negado a tomar nada porque por un lado te arreglan y
por otro te estropean otra cosa, pero vamos a probar porque si no se va a
enfadar esta doctora tan joven y tan guapa y se va a negar recibirme otra vez.
Pero no me quedo inoperante y me cruzo de brazos. También he
consultado a otros médicos y terapeutas. Así es como he descubierto que la
artritis es CRÍTICA. A muchos no les convencerá esto, pero a mí sí. Por eso el
ejercicio de los 21 días y mi prueba fallida. Es lo único que me cuesta. Ya no
odio a nadie, ya no siento ira, soy capaz de ayudar a los demás, soy capaz de
quererme a mí, soy capaz de querer a los demás pero, la crítica es otra cosa.
Como os he dicho, hasta hoy no soy capaz de no hacerlo. Así que algo de razón
tendrán todos estos terapeutas.
Lo que sí he podido comprobar es que solo con intentarlo, ya he
reducido la crítica al 20 % de lo que lo hacía hace unos meses. Algo es algo. Me
he dado cuenta de que para conseguirlo no puedo ver un solo telediario ni
escuchar la radio. Lo voy a seguir intentando y ya os contaré si soy capaz y si
surte efecto en mi salud.
¿Os apetece intentarlo? Ese tiempo lo podemos dedicar a cosas
más constructivas. Hasta la próxima.
Un beso
Visi